Una cuestión de actitud: ¿Qué se puede hacer durante el tratamiento con quimioterapia por un cáncer de ovario?
Charo, pintora de profesión, es un claro ejemplo de la materialización de una actitud positiva durante el tratamiento del cáncer. Su enfermedad se marchó, y en su obra quedaron reflejados los sentimientos y emociones de una etapa donde descubrió que se puede ser más fuerte de lo que una misma cree.
El diagnóstico de un cáncer suele tener inicialmente un impacto psicológico negativo. Esto puede ser más significativo en caso de afectar a los órganos de la reproducción de la mujer, como por ejemplo el cáncer de ovario. Tras la noticia del diagnóstico viene el tratamiento que suele combinar la cirugía y la quimioterapia.
Muchos interrogantes invaden la mente de las pacientes al enterarse que tendrán que recibir quimioterapia. El conocer que perderán el cabello, que podrán padecer náuseas o vómitos y malestar general transitorio, suele provocar en ellas una primera sensación de profunda incertidumbre y hasta, en ciertos casos, aislamiento temporario de los familiares, amigos, trabajo, etc.
El enfoque positivo tanto de la enfermedad como de los tratamientos es un punto determinante para todas aquellas mujeres que, con justa razón, inicialmente tienen un pensamiento negativo…
Sin embargo, una vez superada esta fase, la gran mayoría de las pacientes retoman su vida cotidiana de forma progresiva hasta alcanzar la normalidad. Algunas de ellas, incluso durante un tratamiento con quimioterapia, son capaces de hacer cosas que nunca habían hecho fruto de la reflexión interna, y de la exteriorización de incontables sentimientos escondidos o ignorados hasta entonces.
Charo tuvo un cáncer de ovario en etapa avanzada que tratamos con una cirugía radical y quimioterapia hace casi 10 años. Ella, de profesión artista y pintora, combina el trabajo académico con el profesional. Esto lo consigue a base de trabajar diariamente en su estudio y después investigando sobre formas, conceptos y colores que luego traslada al lienzo.
Tuvo siempre un pensamiento positivo respecto de su enfermedad, evitando que interfiriese en su vida cotidiana. Por ejemplo, este cuadro contiene las vivencias de toda una época de fuertes emociones, rabia, miedos, tristeza y también alegrías y esperanza. “Cuando me diagnosticaron el cáncer en 2010, tuve que dejar de trabajar durante un par de meses. Retomé mi trabajo poco tiempo después porque toda mi ilusión era normalizar mi vida y quise representar desde el abismo y la oscuridad, la explosión de la vida.”, afirma Charo.
Por ejemplo, en la imagen se puede ver un monotipo sobre papel superalfa del 2012, donde quizo expresar que “el cáncer es efectivamente un obstáculo en el camino, pero que se puede superar y seguir con la vida habitual y con la energía de antes”.
El enfoque positivo tanto de la enfermedad como de los tratamientos es un punto determinante para todas aquellas mujeres que, con justa razón, inicialmente tienen un pensamiento negativo al enterarse que tienen un cáncer y que tendrán que recibir diferentes tipos de tratamientos.
No sólo se puede vivir con relativa normalidad durante el tratamiento, sino que puede ser un momento oportuno para la reflexión y para exteriorizar ciertos sentimientos ocultos o ignorados producto de la cotidianeidad, el inmediatismo o el exitismo que la sociedad actual parece imponer. En
este sentido, Charo en un claro ejemplo de cómo se puede seguir viviendo más allá de haber padecido un cáncer y sus tratamientos.