El avance de la tecnología y la bio-informática, y la misma pandemia, esta permitiendo expandir la utilización de las reuniones virtuales a un ritmo impensado hace pocos años. Y en este sentido es indudable, que la digitalización ha llegado para quedarse. La tecnología de la información y la comunicación (TIC) se mostró como una herramienta imprescindible para el nuevo modelo de salud y medicina y adquirio el nombre de «Telemedicina o médico en remoto»

Por eso, es muy probable que en los próximos años la mayoría de las reuniones virtuales pasarán de las imágenes actuales a un espacio en 3D con avatares digitales, creando un espacio virtual, capaz de replicar las sensaciones de estar en una sala junto con las demás personas

Próximamente, la tecnología tendrá un impacto directo en el estilo de vida, y un ejemplo claro de esto es el desarrollo de la telemedicina.

La teleconsulta y la telemedicina ¿están ya implantadas en España?

La teleconsulta no es nueva, pero su popularidad durante la pandemia del COVID-19 sí lo fue. El Covid dio un empujón a la teleconsulta y telemedicina, aunque todavía quedan algunos retos por solucionar.
En los últimos dos años hemos visto más personas optar por citas virtuales en lugar de atención en persona. Actualmente España está a la cabeza en la implantación de la telemedicina, de media a nivel internacional, un 39% de los pacientes entrevistados indicaron que alguna vez han realizado teleconsulta, mientras que un 61% señala que no lo ha hecho. España ha superado esta cifra contando con un 62% de pacientes que han optado por una teleconsulta haciendo uso de la tecnología móvil, ordenadores y permaneciendo en casa para consultas por vía telemática.

España supera esas cifras con un porcentaje del 62% de los pacientes que han realizado consultas por vía telemática. Por encima de Canadá, Reino Unido, Alemania, Italia o Francia

Sin embargo, me gustaría resaltar que es y será una herramienta de extrema utilidad pero que no debería ser usada en exceso y en desmedro de evitar el contacto médico paciente.

Por un lado, la utilizamos para tomar un primer contacto con pacientes que viven lejos de Valencia o incluso de España. Nos envían los estudios, los analizamos, y en la video -consulta les podemos dar nuestra segunda opinión mediante una video-consulta.

Pero, por otro lado, creo que nunca tendríamos que utilizarla en exceso ya que el contacto personal con los pacientes, el escucharlas atentamente y el dedicarle el tiempo necesario, nos permite realizar un diagnóstico más preciso de sus dolencias y, en consecuencia, ofrecerles un tratamiento más efectivo.

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