Nuevas claves moleculares aclaran cómo se desarrolla el cáncer de endometrio.
Recientemente, se ha publicado en la revista científica “Cell” los resultados de una investigación muy novedosa en relación con los pasos moleculares que se producen para desarrollar el cáncer de endometrio. El estudio da información muy importante con el objetivo de identificar con mayor precisión qué pacientes realmente necesitarán de un tratamiento más agresivo.
Se trata de un estudio colaborativo entre más de 10 instituciones científicas y financiado por el National Cancer Institutes de los Estados Unidos que, además, abre la puerta a nuevos fármacos moleculares ya aprobados para otras enfermedades y que podrían ser ahora investigados en el cáncer de endometrio.
Si bien el estudio muestra una información molecular detallada del cáncer de endometrio, la información es tanta que se debe interpretar poco a poco. Esto es debido a que muestra la acción de múltiples moléculas en diferentes vías de acción molecular intracelular.
«Esto es como el Google Earth del cáncer de endometrio, según Karin Rodland, bióloga del Laboratorio Nacional del Noroeste del Pacífico del Departamento de Energía de Estados Unidos y una de las cinco autoras de la publicación.
Se analizaron 95 tumores uterinos diferentes junto con 49 muestras normales de tejido uterino. Los científicos determinaron más de 12 millones de mediciones, incluidos genes, ARN mensajero, ARN circulante en sangre, micro ARN y proteínas.
Los investigadores crearon una forma novedosa para identificar ciertos tumores de endometrio tradicionalmente clasificados como no agresivos pero que, en realidad, si que tienen una mayor agresividad. Por ejemplo, se observó que una proteína (beta-catenina) interactúa con una vía de señalización para acumular y estimular las células para que crezcan sin control.
Además, el equipo de científicos desarrolló una nueva forma de determinar qué pacientes tienen más posibilidades de beneficiarse de ciertos tratamientos moleculares específicos (Pembrolizumab, nivolumab), que esquivan las barreras que utilizan algunas células tumorales para evadir el sistema inmunitario. Esto representa un ejemplo más para explorar el empleo de la inmunoterapia para estimular las defensas naturales del cuerpo y así combatir el cáncer.
El estudio propone una nueva medida centrada en la maquinaria de presentación de antígeno del paciente, conocida como APM.
En definitiva, un mejor entendimiento sobre quién se beneficiará de los diferentes fármacos moleculares permitirá evitar su empleo innecesariamente, con la consecuente reducción de efectos adversos no justificados. «Este trabajo contribuye a la medicina personalizada que debemos brindar a los pacientes que tienen cáncer de endometrio –apunta Bing Zhang del Baylor College of Medicine–. Tal trabajo nos ayudará a saber qué pacientes se beneficiarán más de qué terapias».