Menopausia

Sofocos: son alteraciones en el sistema vasomotor. Consisten en una sensación de calor que describen como ascendente desde el cuello a la cara y que genera palpitaciones y sudoración. Pueden suceder en cualquier momento del día y, por lo general, se acentúan durante los meses más calurosos

Alteración del sueño: la gran mayoría de las mujeres acusa insomnio durante este período.

Alteraciones anímicas: las alteraciones emocionales conforma un de los síntomas más difíciles de tratar. Puede manifestarse con altibajos emocionales. La irritación y la tristeza son los más comunes, que pueden estar englobadas en una depresión más importante.

Disminución de la libido: el deseo sexual suele disminuir. Viene acompañado a su vez de una alteración en la percepción del propio cuerpo.

Cambios en el cuerpo y aumento de peso: la menopausia suele acompañarse de algunos cambios metabólicos, como la aparición de diabetes, hipertensión, sobrepeso y obesidad. Esto se debe a un aumento de la grasa corporal. El sedentarismo acelera este proceso. Las mujeres luego de la menopausia ven aumentado el riesgo de infartos.

Osteopenia y osteoporosis: se trata de la desmineralización progresiva que se genera por la disminución de los niveles de estrógeno en la sangre. Todas las mujeres sufrirán cierto grado de desmineralización. La excesiva pérdida de calcio puede llevar a la osteoporosis que simboliza una fragilidad importante de los huesos con mayor riesgo de fracturas. Hay otros factores que pueden contribuir con la aceleración de este proceso como, por ejemplo, la inmovilización, el uso de corticoides, la anorexia nerviosa, el tabaquismo, y la menopausia precoz, entre otros

Alimentación adecuada y saludable: aumentar la ingesta de frutas y verduras, así como de cereales y legumbres, excelente fuente de minerales y vitaminas. Aumentar el consumo de pescados azules ricos en omega 3, reducir las carnes rojas. Es aconsejable una pequeña porción de frutos secos (nueces, almendras, etc) para favorecer el aporte de nutrientes para la mejoría de la memoria y control de la tensión arterial y los sofocos. Los alimentos ricos en calcio disminuyen la incidencia de osteoporosis.

Ejercicio físico: se recomiendan realizar ejercicio físico para mantener una actividad cardiovascular adecuada y fortalecer los músculos que sostienen el raquis para prevenir fracturas y pérdida de la masa ósea. Además, ayuda a disminuir la masa grasa, reducir los niveles de colesterol, controlar la tensión arterial y mejorar la respuesta a los tratamientos por diabetes. Se aconseja realizar las actividades como caminatas diarias, pilates, yoga, natación, danza o cualquier otra actividad que le guste. Intente no realizar ejercicio físico muy vigoroso ya que puede ser contraproducente.

Tomar el sol: se aconseja una exposición moderada al sol de 10-15 minutos diarios, evitando las horas más peligrosas entre las 12 y 16 horas. Esto facorece la producción de vitamina D con la consiguiente fijación del calcio en los huesos.

Ejercicios de Kegel: estos ejercicios fortalecen la musculatura del piso pelviano para reducir la incidencia de la incontinencia de orina de esfuerzo y los prolapsos.

Evitar el tabaco

Disminuir el consumo de alcohol

Mantener una vida socialmente activa